Los géneros no realistas introducen una novedad en la estructura de lo real. La transforman, para mostrarla. El
novum puede ser de muchos tipos: espacial, social, psicológico, económico. Lo cierto es que cuando tiene una explicación científica o sociológica, se califica como ciencia ficción.
Y entonces, ¿qué es la fantasia?, otro género que cabe dentro de lo fantástico, pero que a diferencia de la ciencia ficción se inspira en el mito.
Pero sigamos hablando del
novum, que cuando es una
ucronía, por ejemplo, presenta un cambio histórico. Y todo esto tiene que ver con la curiosidad humana: cuando algo cambia, revisamos el mundo. Quizá porque vivimos en una especie de automatización de la realidad; naturalizamos todo lo que ocurre en nuestro mundo.
Los géneros no realistas modifican la realidad para tomar distancia de ella. Abordan el extrañamiento: el efecto de alejar para acercar.
Allí nace la palabra
prospectivo: una refracción de la realidad.
La ciencia ficción toma la ciencia como un elemento de imaginación y creación. La toma como un sustrato para la creación literaria.
Teniendo en cuenta estos breves apuntes de la conferencia con Rodrigo Bastidas, y todo el contenido de su charla y la intimidad que modifica lo aprendido, surgen dos preguntas para abrir este foro:
- ¿Qué cambio sustancial podríamos introducir en Bogotá para inventarla, verla de otra manera, crearla diferente y de forma no realista?
- Cuáles podrían ser esos futuros perdidos de Bogotá?